de Moira Cristiá
El 24 de marzo de 1976, las Fuerzas Armadas tomaron el poder en Argentina, dando inicio al capítulo más sangriento de su historia. Exilios, censura, prohibiciones, listas negras y secuestros desmembraron entonces un campo cultural que ya sufría la represión paramilitar desde hacía un tiempo. Tanto dentro como fuera del país pronto se iniciaron distintos modos de resistencia, que cobraron, además, formas novedosas. Partiendo de una investigación sobre la Asociación Internacional de Defensa de Artistas víctimas de la represión en el mundo, Resistencia cultural indaga de manera articulada la experiencia de solidaridad artística impulsada por esa asociación (en particular su campaña por 100 artistas argentinos desaparecidos) con distintos aspectos de la resistencia cultural desde Argentina durante la dictadura.
AIDA. Una historia de solidaridad artística transnacional (1979-1985) se centra en la experiencia de esta asociación fundada en Francia por un grupo de artistas e intelectuales, organización que además de extenderse rápidamente a varios países (Bélgica, Holanda, Suiza, Alemania y Estados Unidos) trabajó de manera articulada con instituciones humanitarias, comités de exiliados y asociaciones varias, a la vez que estableció un diálogo constante con el movimiento de derechos humanos del Cono Sur hasta mediados de los años ochenta. ¿Cómo funcionaron las redes transnacionales de denuncia cuando la comunicación era dificultosa tanto en términos tecnológicos como por la acción de la censura, la represión y el espionaje coordinado de diversos servicios de inteligencia? ¿Qué factores motivaron un compromiso tan profundo con causas alejadas geográfica y culturalmente? ¿De qué manera los flujos de personas, imágenes e información colaboraron en la conformación de un imaginario político de los derechos humanos y de un discurso visual compartido?
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